Da igual el interlocutor implicado en protección animal con el que se hable, ya puede ser el veterinario Carlos Rodríguez de cuyo libro os hablaba en mi anterior post, gestores de protectoras de toda España, miembros de los cuerpos de seguridad del estado interesados en esta materia o con Chesús Yuste, portavoz de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Animales (APDDA). Todos coinciden en que es imprescindible contar con una ley de protección animal de ámbito nacional, aunque sea de mínimos.
Una ley que ya la Federación Madrileña de Protectoras de Animales (FAPAM) solicitó formalmente en 2009 entregando al Ministerio de Medio Ambiente la friolera de un millón trescientas mil firmas.
Es necesaria para poner freno al reino de taifas existente, que hace que si viajo con mi animal por el país los derechos y obligaciones van cambiando, en ocasiones notablemente. Lo que es delito en un lugar, no lo es varios kilómetros al sur. O viceversa. Y ese caos atañe también a los municipios. Una situación de inseguridad que además dificulta poner freno a los abandonos y el maltrato.
El PP amagó hace tres años con un proyecto de ley nacional de tenencia responsable de animales domésticos pero aquello quedó en nada. Y no parece que a dia de hoy sea una prioridad si se observa la respuesta escrita que el Gobierno ha dado a la senadora de APDDA, Vanessa Angustia.
La senadora había preguntado si el Gobierno tenía previsto coordinar con los gobiernos autonómicos medidas para solucionar el alto número de abandonos de animales domésticos y también exóticos y ponía énfasis en la necesidad de “un texto legislativo marco que contribuya a establecer unos criterios mínimos para combatir esta situación”, es decir, de una Ley marco estatal de Protección Animal.
La respuesta del Ejecutivo, muy breve, deja claro la poca voluntad existente: “no se tiene conocimiento de la previsión la entrega de acciones coordinadas entre la Administración General del Estado y los gobiernos autonómicos en materia de persecución del abandono de animales mantenidos como mascotas” y “se señala que, en este ámbito, la Administración del Estado no debe interferir en las competencias autonómicas y locales”.
¿Por qué se va a hacer caso a los que mas saben de cómo está el patio de la protección animal en este país? ¿Por qué molestarse y arriesgarse a pisar un avispero?
Total, el tiempo perdido en reaccionar solo se mide en vidas…
Bruma es una gatita joven recogida de la calle. Fue abandonada en una colonia callejera.
Me cuentan que “es muy casera, cariñosa y sociable. Busca continuamente el contacto y las caricias del humano. Muy buena, no bufa ni saca las uñas. La encanta ronronear”.
Está en Madrid y se hará seguimiento. Está esterilizada y sana: es negativa a leucemia e inmunodeficiencia. No se entrega ni para parcela ni para patio.
Contacto: marrodidel@hotmail.com
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